lunes, 26 de noviembre de 2007

La GaTiTa AcRóbAta

Cuando era chiquita, la gatita vivía en un circo muy muy lejano, y muy grande. La familia era una familia de gatos. Ese era el mundo de los gatos, no vivía allí ningún humano. Había gatos que tenían bibliotecas, otros que trabajaban de taxistas, otros de colectiveros. Era como un mundo al revés. Los gatos podían caminar en dos patas. También podían apoyarse en sus dos patas de adelante y quedar haciendo la vertical. La gatita acróbata a medida que fue creciendo fue aprendiendo trucos, y con el tiempo fue haciendo funciones. Un día fue muy extraño, porque una bruja había aterrizado en los pastizales del circo. Entonces empezó en al gatita a caer mala suerte. La bruja le escondía el vestido para la función, no le salían las piruetas, tiraba la carpa del circo abajo.
La gatita se preguntaba por qué de pronto tenía tanta mala suerte, y de repente apareció la bruja y le dijo, “Yo soy tu mala suerte”. Entonces la gatita le preguntó por qué se la había agarrado con ella, y la bruja le contestó: “porque a ti nunca te pasa nada”. “Será porque tengo buena suerte”, dijo la gatita. “Por eso justamente vino la mala suerte a ti, para que se te vaya, tengo unas condiciones”.
Cuando se fue la bruja (que fue de repente) la gatita se preguntaba en su cabeza cómo hacer para sacarse la mala suerte, y se fue a dar un paseo por el bosque. Se trepó a los árboles pero se caía, así que no volvió a subir. Cuando estaba caminando se acordó que la bruja le había hablado de unas condiciones para que se le vaya la mala suerte. La gata dijo “Bruja, bruja, dime cuáles son las condiciones”. “Las condiciones son: que no trabajes más de acróbata y volverte aprendiz de bruja. Esas son las condiciones por ahora, mañana te voy a dar más porque son como 60 condiciones".
La gatita le dice: “Che bruja, para un cacho eh!, vos quién sos para decirme que no sea más acróbata, y que sea aprendiz de bruja. ¡¿Qué te pasa a vos eh?!.
La bruja le respondió: Bueno, es que yo no soy así, es que quiero tener un número o estar con vos.
La gatita le dijo: “bueno, pero prometeme que vas a hacer que deje de tener mala suerte”.

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